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¿Sabías que los efectos beneficiosos de la modificación del estilo de vida para prevenir o retrasar la Diabetes tipo 2 podrían persistir durante 14 años después de la intervención activa?

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La diabetes tipo 2 es un trastorno caracterizado por niveles anormalmente altos de azúcar en sangre. Normalmente, la insulina controla la cantidad de glucosa que pasa de la sangre a las células, donde se usa como fuente de energía.

Cuando los niveles de azúcar en la sangre son altos (como después de una comida), el páncreas libera insulina para transportar el exceso de glucosa al interior celular. En personas con diabetes tipo 2, la acción de la insulina se encuentra alterada disminuyendo la captación y utilización de la glucosa, por lo que los niveles de azúcar en sangre permanecen altos. Si el nivel de glucosa persiste elevado a lo largo del tiempo, puede causar problemas serios en el corazón, los ojos, los riñones, los nervios, etc.

La mayoría de las personas adquieren cierta resistencia a la insulina a medida que envejecen, pero el estilo de vida sumado a la predisposición genética pueden aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

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El riesgo de desarrollar DBT tipo 2 depende de múltiples factores genéticos y ambientales

Algunos de los factores de riesgo que pueden aumentar la predisposición al desarrollo de diabetes tipo 2 son:

• Sobrepeso u obesidad
• Ser mayor de 45 años de edad
• Tener antecedentes familiares de diabetes
• Tener la presión arterial alta
• Tener niveles bajos de colesterol HDL (“colesterol bueno”) o niveles altos de triglicéridos
• Tener antecedentes de diabetes gestacional o haber dado a luz a un bebé con alto peso
• No mantenerse físicamente activa
• Tener antecedentes de enfermedades del corazón o accidentes cardiovasculares, depresión o síndrome de ovario poliquístico.

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